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Tareas pequeñas, corazón grande

“Sí, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” Hechos 6:1–4

DEVOCIONAL

Leidy García

Reflexión:

En la iglesia primitiva, el crecimiento era tan grande que los apóstoles no podían encargarse de todas las tareas. Surgieron necesidades prácticas —como la distribución de alimentos— que, aunque parecieran pequeñas, requerían personas con un carácter probado: respetables, sabias y llenas del Espíritu Santo.

Esta escena revela que no existe tarea insignificante cuando forma parte de lo que Dios está edificando. Incluso aquellas labores que parecen simples cargan un peso espiritual y un impacto en la unidad, el orden y el testimonio de la comunidad.

La persona que comparte este devocional se pregunta:

¿Qué tareas considero “pequeñas” como para no hacerlas con excelencia, respeto y dependencia de Dios?

A veces, lo que creemos mínimo es precisamente lo que Dios quiere usar para preparar nuestro carácter, fortalecer nuestra fe y abrir puertas mayores.

Si las pequeñas tareas requieren buen testimonio, sabiduría y la llenura del Espíritu, ¿cuánto más las grandes cosas que Dios hará a partir de ellas?

Cada responsabilidad —grande o pequeña— es un espacio para honrar a Dios, crecer y demostrar que confiamos en que Él usa lo que hacemos para algo mayor.

Los puntos compartidos sobre este pasaje resaltan la necesidad de personas:

  1. Conocidas y respetadas.

  2. Capaces de trabajar en equipo.

  3. De buen testimonio.

  4. Llenas del Espíritu Santo.

  5. Competentes e inteligentes, llenas de sabiduría.

  6. Responsables y confiables para recibir tareas importantes.

Dios nos ha dado dones, creatividad y oportunidades, y un día nos pedirá cuentas: ¿Qué hicimos con lo que Él puso en nuestras manos?Incluso si hoy las tareas parecen pequeñas o poco atractivas, son parte del proceso de Dios para formarnos y abrir caminos más grandes.

Aplicación:

  • Evalúa tu actitud:

    ¿Estás viendo como “insignificantes” las tareas que Dios te permitió tener? ¿Las haces con excelencia o las haces por obligación?

  • Busca sabiduría y llenura:

    Pide al Espíritu Santo que te llene para hacer incluso lo pequeño con un corazón fiel y respetable.

  • Sirve con propósito:

    Tus acciones, palabras y responsabilidades reflejan a Cristo, especialmente en las tareas cotidianas.

  • Confía en lo que Dios hará:

    Cree que lo que hoy parece pequeño, Dios lo puede multiplicar para llevarte a cosas mayores.

Oración:

Señor, gracias por confiar en mí tareas grandes y pequeñas.

Ayúdame a hacer cada una con excelencia, respeto y dependencia de tu Espíritu Santo.
Llena mi corazón de sabiduría y enséñame a servir con alegría, sabiendo que nada es insignificante cuando Tú lo usas.
Hazme fiel en lo poco, para que pueda honrarte también en lo mucho.
En el nombre de Jesús,

Amén.

Hechos 6:1–4 (NTV):

"Al multiplicarse los creyentes, surgieron quejas de los de habla griega contra los hebreos, diciendo que sus viudas eran descuidadas en la distribución diaria de alimentos. Entonces los doce convocaron a todos los creyentes y dijeron: ‘Nosotros debemos dedicarnos a enseñar la palabra de Dios, y no a administrar la distribución de alimentos. Por lo tanto, escojan a siete hombres muy respetados, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría. A ellos les daremos esta responsabilidad. Así nosotros podremos dedicarnos a la oración y a la enseñanza de la palabra."

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